La señora M. M
En nuestra ciudad de Lima existe
una señora que es una conocida melómana y conductora de un programa de radio y
televisión a nivel local. Desde hace unos años también se dedica a organizar
conciertos donde los protagonistas principales son cantantes que ella selecciona.
Para llevar a cabo estos conciertos, entre otras cosas contrata a músicos para
formar la orquesta que acompañara a los mencionados solistas. Personalmente he
participado como músico instrumentista en algunos de estos conciertos. Hace unos
ocho años ella se encargó de organizar la parte musical para un concierto patrocinado
por una conocida compañía de seguros el cual se llevó a cabo en las
instalaciones de un auditorio ubicado en un conocido balneario al sur de Lima.
Todo transcurrió con bastante normalidad hasta que termino el concierto y debíamos
de abordar un bus que nos regresaría a la ciudad de Lima. Transcurrieron 45
minutos y el bus no partía, los músicos que ya nos encontrábamos en el bus y
listos para partir preguntamos la razón del retraso, ante lo cual nos
respondieron que aquel retraso se debía a que la señora MM no había hecho aún
el pago respectivo a otro grupo de músicos, los cuales para poder abordar el
bus y retornar a Lima, por supuesto deseaban que se les pagase lo que se les debía
por el trabajo musical que acababan de realizar, sin embargo la señora MM había
ignorado y postergado el compromiso que tenía con los músicos y se había ido a
la recepción que se estaba ofreciendo en ese momento en la parte delantera del
auditorio donde se encontraban los asistentes al concierto para hacer los
brindis y departir alegremente mientras los músicos seguían esperando por casi
una hora para poder retornar a la ciudad. Al enterarme de este percance baje
del bus, me acerque a los camerinos y solicite a uno de los asistentes de la
señora MM que por favor la llamaran para que cumpliera con el pago a los músicos
que aun esperaban dicha amortización para poder partir de retorno a Lima. A los
pocos minutos apareció la señora MM en el camerino para preguntar que sucedía,
inmediatamente intervine y le dije en frente de todos que era una total falta
de respeto el que no haya aún cumplido con su compromiso de pago y se hubiera
ido a celebrar a la recepción mientras todos los integrantes del marco musical
nos encontrábamos esperando que ella se dignara a cumplir con su compromiso
para poder partir. Su reacción lejos de pedir disculpas fue molestarse y decirme
que nunca más me llamaría para trabajar con ella, como si ello fuera un castigo
o un privilegio, ante lo cual le respondí que lo que me importaba en ese
momento era que cumpliera con lo que debía de hacer para poder partir hacia
Lima ya que todos deseábamos volver a nuestras casas a descansar. Si no me
llamaba más a sus conciertos los cuales son dicho sea de paso muy escasos y no
generan ningún ingreso importante, le respondí que no me importaba si nunca más
me llamaba, no me voy a morir de hambre si una melómana que no sabe nada de
música no me vuelve a llamar, al parecer la señora cree que es toda una autoridad
musicalmente hablando cuando no ha cursado ni llevado ningún tipo de estudios
musicales de nivel superior. Luego de algún tiempo me la cruce cara a cara en
las instalaciones de un club pituco el cual también yo frecuentaba en aquella época
en el sur chico de Lima. La salude porque es lo que cualquier persona creo que
debe de hacer y ella respondió a mi saludo. Después de unas semanas ella le
dijo a uno de los músicos con los que trabaja que ya se había amistado conmigo
y que me llamaría nuevamente lo cual realmente me causo muchísima gracia, es
decir que por habernos cruzado en un club pituco y habernos dicho solo hola ya
todo estaba arreglado?, se pueden dar cuenta de la limitación en el pensamiento
de esta señora? Luego, volví a participar en los conciertos que ella organizaba
sin embargo nunca más la relación volvió a ser la misma, al parecer la
aclaración sobre su falta de respeto y consideración hacia los músicos aquella
vez del incidente en que ella prefirió irse al coctel en vez de cumplir con el
pago de los músicos se le quedo grabado con cierto grado de resentimiento y
piconeria. Hace unos meses nuevamente se me convoco para formar parte de la
orquesta que acompañaría a unos cantantes en un concierto que se llevaría a
cabo en un teatro de una ciudad al norte del Perú. Durante el concierto ya casi
en la parte final uno de los cantantes se paró en el centro de la parte
delantera del escenario para contar la historia acerca de la próxima canción que
interpretaría, todas las luces del teatro se apagaron salvo la que alumbraba al
cantante que continuaba relatando la historia de la próxima canción. En ese
lapso algunos músicos que estábamos sentados en la parte de atrás del escenario
sacamos nuestros celulares para tomar fotos como recuerdo de aquella noche.
Cuando termino el concierto me acerque a felicitar a la señora MM y está sin
siquiera darme las gracias solo atinó a decirme, estoy muy molesta contigo
porque has estado sacando tu celular en el escenario, le pedí disculpas si ello
le había fastidiado y lo único que atino a decir nuevamente fue, nunca más te volveré
a llamar para trabajar en mis conciertos (me hizo recordar a aquellos niños engreídos
que dicen, yo soy el dueño de la pelota y no quiero que tu juegues), nuevamente
le dije que no me importaba si lo hacía, el último concierto que había hecho
con orquesta fue hace 4 años así que podrán
imaginar que no es nada dramático si no me vuelve a llamar dentro de cuatro
años. Aquella misma noche ya en el hotel departiendo con algunos amigos procedí
a preguntar a otros dos músicos que también habían estado tomando fotos con su
celular al mismo tiempo que yo, si a ellos la señora MM les había dicho algo
acerca de su uso, a lo cual ambos me respondieron que la señora no les había
dicho absolutamente nada, lo cual no hizo más que confirmarme que esta señora
la traía directamente contra mí y que no se le había aun pasado el fastidio por
haberle dicho unos años atrás que era una irrespetuosa y malcriada frente a un
buen grupo de músicos en aquella oportunidad al sur de Lima. Adicionalmente a
todo lo relatado me gustaría mencionar que en este último concierto al norte
del Perú, colabore tocando los bongos y la campana en seis canciones, lo cual
hice con el mayor gusto y la mejor disposición, sin embargo la señora MM en ningún
momento menciono mi colaboración como percusionista ni me agradeció por haberla
ayudado con algo que no me correspondía pero que hice con gusto. Dicho sea de
paso le ahorre el pago a un músico extra para que tocara los bongos y campana.
He redactado esta nota porque me
parece importante aclarar lo sucedido con la señora MM. Todos los músicos y
artistas merecen respeto por parte de quien contrata sus servicios, pues no
porque se les esté pagando deben de someterse al maltrato, agachar la cabeza y
quedarse callados.