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jueves, 21 de noviembre de 2019


La señora M. M

En nuestra ciudad de Lima existe una señora que es una conocida melómana y conductora de un programa de radio y televisión a nivel local. Desde hace unos años también se dedica a organizar conciertos donde los protagonistas principales son cantantes que ella selecciona. Para llevar a cabo estos conciertos, entre otras cosas contrata a músicos para formar la orquesta que acompañara a los mencionados solistas. Personalmente he participado como músico instrumentista en algunos de estos conciertos. Hace unos ocho años ella se encargó de organizar la parte musical para un concierto patrocinado por una conocida compañía de seguros el cual se llevó a cabo en las instalaciones de un auditorio ubicado en un conocido balneario al sur de Lima. Todo transcurrió con bastante normalidad hasta que termino el concierto y debíamos de abordar un bus que nos regresaría a la ciudad de Lima. Transcurrieron 45 minutos y el bus no partía, los músicos que ya nos encontrábamos en el bus y listos para partir preguntamos la razón del retraso, ante lo cual nos respondieron que aquel retraso se debía a que la señora MM no había hecho aún el pago respectivo a otro grupo de músicos, los cuales para poder abordar el bus y retornar a Lima, por supuesto deseaban que se les pagase lo que se les debía por el trabajo musical que acababan de realizar, sin embargo la señora MM había ignorado y postergado el compromiso que tenía con los músicos y se había ido a la recepción que se estaba ofreciendo en ese momento en la parte delantera del auditorio donde se encontraban los asistentes al concierto para hacer los brindis y departir alegremente mientras los músicos seguían esperando por casi una hora para poder retornar a la ciudad. Al enterarme de este percance baje del bus, me acerque a los camerinos y solicite a uno de los asistentes de la señora MM que por favor la llamaran para que cumpliera con el pago a los músicos que aun esperaban dicha amortización para poder partir de retorno a Lima. A los pocos minutos apareció la señora MM en el camerino para preguntar que sucedía, inmediatamente intervine y le dije en frente de todos que era una total falta de respeto el que no haya aún cumplido con su compromiso de pago y se hubiera ido a celebrar a la recepción mientras todos los integrantes del marco musical nos encontrábamos esperando que ella se dignara a cumplir con su compromiso para poder partir. Su reacción lejos de pedir disculpas fue molestarse y decirme que nunca más me llamaría para trabajar con ella, como si ello fuera un castigo o un privilegio, ante lo cual le respondí que lo que me importaba en ese momento era que cumpliera con lo que debía de hacer para poder partir hacia Lima ya que todos deseábamos volver a nuestras casas a descansar. Si no me llamaba más a sus conciertos los cuales son dicho sea de paso muy escasos y no generan ningún ingreso importante, le respondí que no me importaba si nunca más me llamaba, no me voy a morir de hambre si una melómana que no sabe nada de música no me vuelve a llamar, al parecer la señora cree que es toda una autoridad musicalmente hablando cuando no ha cursado ni llevado ningún tipo de estudios musicales de nivel superior. Luego de algún tiempo me la cruce cara a cara en las instalaciones de un club pituco el cual también yo frecuentaba en aquella época en el sur chico de Lima. La salude porque es lo que cualquier persona creo que debe de hacer y ella respondió a mi saludo. Después de unas semanas ella le dijo a uno de los músicos con los que trabaja que ya se había amistado conmigo y que me llamaría nuevamente lo cual realmente me causo muchísima gracia, es decir que por habernos cruzado en un club pituco y habernos dicho solo hola ya todo estaba arreglado?, se pueden dar cuenta de la limitación en el pensamiento de esta señora? Luego, volví a participar en los conciertos que ella organizaba sin embargo nunca más la relación volvió a ser la misma, al parecer la aclaración sobre su falta de respeto y consideración hacia los músicos aquella vez del incidente en que ella prefirió irse al coctel en vez de cumplir con el pago de los músicos se le quedo grabado con cierto grado de resentimiento y piconeria. Hace unos meses nuevamente se me convoco para formar parte de la orquesta que acompañaría a unos cantantes en un concierto que se llevaría a cabo en un teatro de una ciudad al norte del Perú. Durante el concierto ya casi en la parte final uno de los cantantes se paró en el centro de la parte delantera del escenario para contar la historia acerca de la próxima canción que interpretaría, todas las luces del teatro se apagaron salvo la que alumbraba al cantante que continuaba relatando la historia de la próxima canción. En ese lapso algunos músicos que estábamos sentados en la parte de atrás del escenario sacamos nuestros celulares para tomar fotos como recuerdo de aquella noche. Cuando termino el concierto me acerque a felicitar a la señora MM y está sin siquiera darme las gracias solo atinó a decirme, estoy muy molesta contigo porque has estado sacando tu celular en el escenario, le pedí disculpas si ello le había fastidiado y lo único que atino a decir nuevamente fue, nunca más te volveré a llamar para trabajar en mis conciertos (me hizo recordar a aquellos niños engreídos que dicen, yo soy el dueño de la pelota y no quiero que tu juegues), nuevamente le dije que no me importaba si lo hacía, el último concierto que había hecho con  orquesta fue hace 4 años así que podrán imaginar que no es nada dramático si no me vuelve a llamar dentro de cuatro años. Aquella misma noche ya en el hotel departiendo con algunos amigos procedí a preguntar a otros dos músicos que también habían estado tomando fotos con su celular al mismo tiempo que yo, si a ellos la señora MM les había dicho algo acerca de su uso, a lo cual ambos me respondieron que la señora no les había dicho absolutamente nada, lo cual no hizo más que confirmarme que esta señora la traía directamente contra mí y que no se le había aun pasado el fastidio por haberle dicho unos años atrás que era una irrespetuosa y malcriada frente a un buen grupo de músicos en aquella oportunidad al sur de Lima. Adicionalmente a todo lo relatado me gustaría mencionar que en este último concierto al norte del Perú, colabore tocando los bongos y la campana en seis canciones, lo cual hice con el mayor gusto y la mejor disposición, sin embargo la señora MM en ningún momento menciono mi colaboración como percusionista ni me agradeció por haberla ayudado con algo que no me correspondía pero que hice con gusto. Dicho sea de paso le ahorre el pago a un músico extra para que tocara los bongos y campana.
He redactado esta nota porque me parece importante aclarar lo sucedido con la señora MM. Todos los músicos y artistas merecen respeto por parte de quien contrata sus servicios, pues no porque se les esté pagando deben de someterse al maltrato, agachar la cabeza y quedarse callados.