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viernes, 29 de junio de 2012

Acerca de la creatividad en los músicos

Muchos músicos instrumentistas pasamos por las aulas de alguna escuela en la cual recibimos una educación tanto teórica como práctica, la cual nos lleva a desarrollar una maestría en el instrumento que elegimos. Normalmente en estas escuelas se nos brinda información que mayormente abarca el período desde la música barroca hasta la de nuestros días en un lenguaje comúnmente llamado “clásico” pero que muchos músicos llamamos “académico”, pues lo clásico pertenece a una época denominada “clásica”, existiendo también en la historia otras épocas como la barroca, romántica, impresionista por citar algunas. La dirección de estos estudios normalmente nos lleva a optar por terminar finalmente tocando en una orquesta sinfónica, en grupos de cámara o siendo solistas. Es así que la mayoría de colegas pasan sus vidas solo interpretando las obras de otros músicos y no desarrollando su creatividad como por ejemplo componiendo y ejecutando su propia música. 

Hace algunos años empecé a pensar en que no quería llegar a la edad adulta solo interpretando lo que otros escribieron, sino que me gustaría escribir mi propia música y desarrollar mi creatividad. Sin embargo, siempre existía el temor de que si dejaba las orquestas no tendría mucho trabajo y no podría sobrevivir económicamente, ese es un temor bastante normal en muchos campos profesionales. Hace un tiempo tome la decisión de dejar después de 25 años este tipo de trabajo por la inquietud que siempre sentí me invadía, la de crear mi propia música. Aquí es donde una interrogante tuvo un enorme peso en mi decisión. Se imaginan a un pintor pasar su vida entera copiando cuadros de otros?, o a un escritor trascribiendo libros de otros?. Entonces porque los músicos debemos de ver pasar nuestras vidas solo interpretando lo que otros escribieron? 

Desde muy joven siempre tuve la iniciativa de escribir mi propia música, y es así que desde los 18 años empecé a escribir de manera empírica algunas piezas. Luego ya a los 24 años, y después de haber estudiado en diversas escuelas mi especialidad de instrumentista como flautista, decidí estudiar composición durante algunos años con los que consideraba los mejores maestros en el medio, Celso Garrido Lecca y Enrique Iturriaga. Sin embargo mi actividad como instrumentista de orquesta no me permitía disponer del tiempo para dedicarme a componer, y fue recién hasta hace unos meses en que tome la decisión de renunciar a mi actividad orquestal para dedicarme a escribir mis propias obras. 

Bach, Beethoven, Schumann, Paganini entre otros, fueron grandes solistas en sus instrumento y seguramente disfrutaron muchísimo cuando brindaban conciertos para otras personas, pero aquello no impidió que desarrollaran su creatividad, legando de esta manera obras que hasta el día de hoy perduran en el repertorio de muchos músicos y orquestas.  

La idea tampoco es que todos nos dediquemos a la composición, pues de ser así no habrían músicos para llenar las orquestas. Pero los que tengan la inquietud de escribir pienso deberían tal vez de atreverse y hacerlo.

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